Entre el trabajo manual que los pequeños pueden realizar están la
plastilina, la arcilla, el origami, el foami, el porcelanicrom, la
pintura, el papel maché y el material reciclable.
“El arte es importante para los niños porque les permite hacer
elecciones y resolver problemas, lo cual les facilita expresarse mejor.
También los ayuda a aprender destrezas sociales y de comunicación.
Además, es la herramienta perfecta para compartir ideas y aprender
nuevas maneras de hacer cosas para otros”, señala Piedad Vallejo Muñoz,
directora académica de talleres de expresión de Kids Town.
Las artes manuales, por ejemplo, favorecen el pensamiento abstracto.
“Los pequeños, al ver abstracciones creadas por color, líneas y uso del
espacio, adquieren el sentido para resolver problemas espaciales y otros
que encontrarán en el lenguaje y las matemáticas”, señala la pedagoga.
Con el arte, los pequeños tienen la posibilidad de expresar lo que
sienten y desarrollan; por ejemplo, el sentido del tacto, al palpar
diferentes texturas.
“Las manualidades también los preparan para la escritura o la
preescritura, favorece su creatividad, la noción de compartir, el
sentido del ahorro y el respeto por el compañero que está al lado”,
explica Martha Arango, coordinadora de la sala infantil de la biblioteca
pública Parque El Tunal.
ActividadesEs clave que la actividad que desarrolle
el niño sea de su agrado, para que le saque el mayor provecho. Las
actividades manuales se pueden trabajar diariamente.
Pintura (óleo, madera, vinilo, entre otras). Favorece
el desarrollo de la motricidad fina, la imaginación –cuando el niño
realiza creaciones innovadoras– y la visión espacial. En los primeros
años de vida (de 1 a 4 años), explica la directora académica Piedad
Vallejo, se recomienda trabajar en espacios gráficos amplios (papel
kraft pegado en la pared o en el piso) con la mano o pincel grueso,
moviendo el hombro y el codo antes que la muñeca y los dedos. De los 4
años en adelante, el trabajo puede ser en hoja tamaño oficio o carta o
sobre el material que se quiera decorar (madera, lienzo).
Plastilina, arcilla, porcelanicromMoldear estos
materiales involucra aspectos como la capacidad de concentración y
fijarse metas a corto y a largo plazo. Los niños aprenden más fácilmente
y esta actividad los tranquiliza en momentos de mucho estrés o que les
exige estar alertas. La imaginación es la mejor aliada para darle formas
infinitas a estos materiales en el momento de manipularlos.
“Otra de las ventajas que ofrece el modelado es que permite
desarrollar la motricidad fina, pues al trabajar constantemente con las
manos y los dedos, estos se ejercitan y luego, cuando llegue el momento
de iniciar los procesos de lectoescritura, los niños van a tener mayor
facilidad para manejar los lápices, hacer los trazos de las letras y
concentrarse”, explica Vallejo.
Para infantes de 1 y 2 años, deben utilizarse materiales no tóxicos,
pues intentarán introducirlos en su boca. De igual forma, es vital
supervisar el juego de los niños con estos materiales, a fin de prevenir
atoramientos.
Origami, foami, papel maché, papel reciclado Son
actividades para niños mayores de 6 años. El origami, por ejemplo,
requiere coordinación entre las dos manos y los dos lados del cuerpo;
dominio en el manejo de las hojas y control visual. El foami, planchas
de espuma de diversos colores, no solo impacta los sentidos sino que su
flexibilidad permite darle vida a un amplio universo de figuras,
potencializando la imaginación del menor.
La músicaVa de la mano de las emociones y los
movimientos del cuerpo. Según la pedagoga musical Carmenza Botero,
directora del jardín infantil Malaquita, la música permite expresar el
afecto a otros y sus letras le enseñan al niño el mundo que lo rodea.
Favorece el desarrollo cognitivo, es decir, la capacidad de pensar y
razonar; estimula el sentido auditivo (prepara al menor para el habla),
la motricidad gruesa (cuerpo como instrumento; se mueve al ritmo de la
melodía, fortaleciendo la expresión corporal) y la sensación
propioceptiva. Una muy buena opción en estas vacaciones.
Los materiales tienen utilidad La sicopedagoga Ana
María Cano, en la cartilla ‘útiles escolares’, de la Secretaría de
Educación de Bogotá, le da un significado a cada uno de los elementos
que en el preescolar manipulan los infantes para crear sus obras de
arte.
Las hojas blancas, dice, les permiten explorar y habitar un nuevo
espacio en el que representan sus nociones. Pasan del espacio vivido al
representado; los lápices de color, plumones y crayolas exigen mayor
control y desarrollo sicomotriz y ofrecen la posibilidad de explorar
texturas y trazos.
El papel crepé de todos los colores, el kraft, el iris, el papel
seda, el silueta, el foami, entre otros, impactan los sentidos de los
niños y les permiten representar y modelar el mundo, agrega. “No son
suficientes ni deseables los ejercicios de recortado y plegado si no se
acompañan del lenguaje que apoya los conceptos… La manipulación lo
enriquece; se logra la aprehensión cuando lo ejecutado moviliza e
interroga el pensamiento”, afirma la sicopedagoga.
Es clave que los docentes guíen afectuosamente a los niños para que
encuentren cosas que expresar y decir con los materiales, afirma. Esto,
según Cano, se logra con la mediación de la literatura, la exploración
de las experiencias cotidianas y entornos, sensibilizándolos hacia sus
propios sentimientos y emociones.
El uso de estos materiales educativos y artísticos debe contar con la guía amorosa de los docentes, puntualiza la sicopedagoga.
Fuente:www.ABCdelbebe.com
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